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Cartas, marcas y falsos registros

El refranero popular, muy sabio por otra parte, recoge claramente que «el hambre agudiza el ingenio». Pues bien, cada vez queda más claro que si cambiamos «hambre» por «crisis» el refrán mantiene toda su vigencia.

En los últimos tiempos ha surgido un nuevo tipo de «ingeniosos» de los que conviene advertir a todo aquel que haya registrado o quiera registrar una marca, ya sea ante la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), ante la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) o ante cualquier organismo similar. La historia lleva siempre el mismo guión:

Ciertas empresas, a lo largo y ancho de toda Europa, recogen la información publicada por las Oficinas para las posibles oposiciones (nombre, datos de contacto, denominación de la marca) y los utilizan para ponerse en contacto con el solicitante mediante fax, sobre sin remitente o con franqueo pagado, requiriéndole el pago de una cantidad de dinero (que oscila entre 400 y 2.000 euros) para proceder a completar el registro de su marca.

Estas cartas, remitidas en nombre de instituciones con nombres aparentemente tan fiables como el «Instituto Europeo para la Economía y el Comercio» (traducido en sus correspondientes francés, inglés y alemán) se presentan en distintos formatos, incluso en forma de factura, dejando siempre bien clara la cantidad a abonar y el número de cuenta donde debe realizarse el ingreso, e incluyendo los datos del registrante y de la marca solicitada. Aparentemente, todo hace suponer que es un trámite (y gasto) más en el procedimiento de registro de la marca en la oficina de turno.

[Ejemplo 1] [Ejemplo 2] | [Ejemplo 3] | [Ejemplo 4] | [Ejemplo 5] | [Ejemplo 6] | [Ejemplo 7] | [Ejemplo 8]

Nada más lejos de la realidad.

De lo que se trata es del intento, burdo, directo y malintencionado de estas empresas de confundir a todo el que puedan y conseguir que abonen cantidades importantísimas de dinero para inscribir su marca en un registro privado que, entre otras virtudes presenta:

  • Ninguna validez probatoria, legal o constitutiva de derecho alguno.
  • Nula eficacia jurídica.
  • Riesgo de utilización de los datos para otros fines de dudosa legalidad.

Este tipo de registros privados no tienen, por tanto, más utilidad para el solicitante que una guía de teléfonos. Y si tenemos en cuenta que estas cartas se reciben no solamente en el registro inicial, sino también coincidiendo con los momentos de renovación de las marcas, imaginemos el mercado potencial de estos «ingeniosos» comerciantes.

Si bien es cierto que el problema viene de lejos, ha alcanzado tal magnitud durante la actual crisis económica que desde las propia webs tanto de la OEPM como de la OAMI se han establecido advertencias al respecto, identificando los modelos de carta habituales y las empresas remitentes de los mismos. Basta echar un vistazo a dichas páginas para disfrutar de primera mano con la contemplación de semejantes obras de arte de la ingeniería social, de las que mostramos algunos ejemplos en este post.

En resumen, una práctica evidentemente malintencionada, e incluso  fraudulenta, que supone unos ingresos millonarios para estos «ingeniosos» amigos del engaño.

El Margen de la Ley

Abrimos una nueva sección en nuestra página web. Con cabecera propia. Con carácter independiente. Con el reto de abrirse un hueco entre los fantásticos espacios jurídicos que pueblan Internet.

Es nuestro blog, y lo hemos bautizado como «El Margen de la Ley». La verdad es que el título tiene su miga. Puede referirse a la sutil frontera entre lo legal y lo ilegal. O a las notas añadidas al costado del papel. En el fondo, nuestra idea es aunar ambas visiones, y hacerlo de una forma amena y comprensible. No buscamos sentar cátedra: para eso están académicos y magistrados. Queremos compartir nuestras opiniones, escuchar tus comentarios, discutir posibles soluciones. Entenderte y que nos entiendas. Comunicarnos, en una palabra.

La labor parece sencilla, pero no lo es tanto. En parte, por la forma de escribir recargada y legalista que caracteriza a los abogados. Trataremos de evitarlo. Siendo claros, pero sin sacrificar el rigor que nos exigimos día a día.

Con estas buenas intenciones, arrancamos. Bienvenido al blog de Audens. Bienvenido a El Margen de la Ley.